Pilita Clark

Muchos cambios provocados por la pandemia deberían permanecer después de que termine

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Por: Pilita Clark | Publicado: Lunes 25 de mayo de 2020 a las 04:00 hrs.
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Hace unos días, Financial Times hizo algo que nunca había hecho. Celebró una conferencia de negocios global de tres días en Zoom. Personas importantes dijeron cosas interesantes sobre cómo Covid-19 podría remodelar el mundo, muchas de las cuales me parecieron alarmantes.

La frase que no puedo sacar de mi mente fue pronunciada el primer día por Guy Ryder, jefe de la Organización Internacional del Trabajo. Estaba hablando sobre el 60% de los trabajadores globales que se ganan la vida en la economía informal, haciendo cosas como cambiar dinero o vender comida callejera.

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Sus ingresos se redujeron en un promedio de 60% sólo un mes después de que comenzó la pandemia, lo cual ha dejado a un gran número de trabajadores en una situación desesperada. Él dijo que esto suscitó recientemente una advertencia de uno de sus colegas de la ONU: “Se avecina otra pandemia y es una pandemia de hambruna de proporciones bíblicas”.

En ese contexto, fue sorprendente escuchar cuántos oradores pensaban que la crisis también podría traer cambios que mejorarán nuestras vidas.

El primero es la telemedicina. Cada invierno, acabo en una fila de enfermos afuera de un consultorio médico en Londres, donde la única forma de conseguir una cita el día que te sientas mal es salir de tu casa y esperar a que las puertas se abran a las 8 am. Quedarte en la cama y ver a un médico en FaceTime siempre me ha parecido una opción más sensata.

Pero como dijo el inversionista en tecnología Sonali De Rycker, ha habido mucha resistencia en el Reino Unido con respecto al cuidado de la salud en línea, que nunca ha logrado generalizarse.

“El Covid ha cambiado eso de la noche a la mañana”, dijo. El número de consultas de pacientes a través de un servicio que su firma respalda se ha duplicado desde febrero.

El propio NHS, hasta hace poco uno de los mayores compradores mundiales de máquinas de fax, se ha lanzado a la era digital debido a Covid-19. A medida que el brote se extendió en marzo, el servicio de salud ordenó a miles de consultorios médicos de cabecera que cambiaran a consultas remotas para proteger tanto a médicos como a pacientes de infecciones.

Ahora que la gente ha experimentado la conveniencia de las consultas digitales, De Rycker está convencida de que no hay vuelta atrás. Espero que tenga razón. También espero que Federico González, el jefe del grupo hotelero Radisson, la haya tenido cuando planteó una mejora menos vital, pero alentadora, inspirada por Covid-19: el final del check-in tradicional de los hoteles.

Para atraer nuevamente a los viajeros, dijo que los hoteleros tienen que asegurar que las personas se sientan más seguras durante su estadía. Algunos ya cuentan con los medios técnicos para permitir que los huéspedes se puedan registrar en línea antes de su llegada, ir directamente a su habitación y abrir la puerta con su teléfono. Él pronostica que cada vez más hoteles seguirán ese camino.

No todas las mejoras serán digitales. El Día de la Madre fue el 10 de mayo en Estados Unidos y Australia, donde una amiga que es florista me dijo que había tenido al menos el doble de pedidos que normalmente hubiera tenido ese fin de semana.

Los floristas en Texas informaron que estaban igualmente inundados, ya que las familias separadas por el confinamiento hicieron un esfuerzo para agradecer a sus madres. No me sorprende. Casi la mitad de los trabajadores del Reino Unido han dicho que el confinamiento aquí los había hecho apreciar más a su familia y su hogar, informó el sitio web de empleos, Indeed.

Eso superó fácilmente la proporción de personas que dijeron que tenían un nuevo aprecio por contar con un salario completo regular, ver a sus colegas en persona y tener seguridad laboral.

Me gusta pensar que este agradecimiento continuará y no sólo por nuestras familias. En países de todo el mundo, la pandemia ha inspirado muestras públicas de agradecimiento a las enfermeras, al personal de atención domiciliaria, a los conductores de buses y otros empleados subestimados. Espero que la gratitud sea permanente y que esté acompañada por salarios más altos.

Lo mismo se aplica a un plan para prohibir la circulación de autos en las carreteras más transitadas de la City de Londres el cual obtuvo aprobación preliminar hace unos días. Como ciclista entusiasta, pero nerviosa, he visto a otras ciudades de Europa introducir medidas similares con un familiar sentimiento de temor de que nada de esto iba a ocurrir en Londres. Sin embargo, de repente ha sucedido.

Nada de esto compensa la devastadora pérdida de vidas y medios de vida que ha provocado esta pandemia. Pero cuando hay consuelos, deberíamos estar agradecidos por ellos también.

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